La medida propone reformar el sistema de justicia juvenil en Puerto Rico seguiendo principios de justicia restaurativa. Reconoce los derechos humanos de las personas menores de edad. Cambia reglas de procedimientos para asuntos de menores, siendo esto una oportunidad de salvaguardar y garantizar el bienestar de los menores en proceso judiciales ampliando el acceso a procedimientos más humanos, justos y efectivos. Asimismo, busca reducir el confinamiento de jóvenes proponiendo procesos de mediación como método alterno. Reconoce las fallas del Estado en la protección y prevención de violencia en las comunidades y la necesidad de atender la salud mental de la juventud que entró al sistema.